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Perros PREGUNTA, INFÓRMATE, OBSERVA 01-05-2014
Terapia asistida con Perros

Cuando un niño cambia su comportamiento repentinamente y sin causa aparente, las mamás saben que algo anda mal. La comunicación es esencial, aunque en ocasiones no es suficiente para sacar del  conflicto al niño.
En casos de retraso o deficiencias psicomotoras, autismo y terapias habituales (psicológica y física), el incluir a un animal en la ecuación puede generar resultados asombrosos en el desarrollo o la personalidad del niño.

Algunas veces hemos visto o leído sobre programas de asistencia para personas en hospitales, asilos de ancianos, personas o niños con retraso psicomotor, autismo, trauma psicológico etc. en donde participan perros  para asistir en terapias. Se ha hablado mucho acerca del papel terapéutico o  “des-estresante” que tienen los animales en este tipo de situaciones, pero en México se utilizan poco.

En esta ocasión nos sentamos a platicar con Tannia Puig Grajales, quien entrena a Treza como perro de terapia,  y que nos cuente  qué es y qué hace en  Terapia Con Can.



Tannia nos explica que Terapia Con Can es un servicio que brinda apoyo al tratamiento de personas con autismo y con trastornos generalizados del desarrollo: problemas de conducta, ansiedad, bullying, etc. Se trabaja a nivel psicomotor, emocional, neurológico y físico.

Hay que ser muy claros en la diferencia entre Terapia con perros y Actividad con perros:

En el primer caso, el perro  con un entrenamiento específico actúa como complemento de una terapia que dirige un profesional de la salud (terapeuta o psicólogo), que fija objetivos y evalúa resultados.

En el segundo caso, se trata de actividades donde interviene un perro pero no hay objetivos medibles por parte de un especialista de la salud.

Actualmente hay  diversos  lugares  donde se pueden tomar cursos y diplomados en Terapia Asistida con perros, muchos de los cuales son impartidos por personas registradas en Europa.

AETANA (Asociación Española de Terapias Asistidas con Animales y Naturaleza) está especializada en entrenamiento de animales para terapia, y otorga la  Acreditación como técnico en Psicoterapia Asistida con Animales y Naturaleza y su Acreditación como Perro de Terapia.

¿Cuáles son las características que debe tener un perro de terapia?
Treza es una perra de raza Pastor Belga Mallinois de dos años que está haciendo sus prácticas para ser certificada como Perro de Terapia en AETANA, y quien junto con Tannia trabaja con niños con autismo en el CEDI (Colegio de Educación y Desarrollo Integral) en el D.F. 

Desarrollaron un proyecto en conjunto con Autismoterapia, para hacer intervenciones con niños con autismo, además trabaja dando sesiones particulares de psicoterapia asistida con perros.

Hay algunas organizaciones que utilizan perros de refugio rescatados y los rehabilitan para Actividad con perros, los cuales, al parecer,  aunque sean cachorros, no siempre tienen las características que se requieren para perro de terapia, según nos explica Tannia, ya que el animal muchas veces vivió situaciones traumáticas y tiene antecedentes que se desconocen; esto los hace impredecibles e inestables.

La genética de las razas de trabajo como el Pastor Belga les permite seguir fielmente las órdenes con las que se les entrena, con un rango de distracción y desobediencia mucho menor que en otras razas.  Esto es crucial si se trata de un perro que trabajará por ejemplo, con un niño que tiene parálisis cerebral, que tendrá movimientos físicos bruscos o involuntarios que puedan sorprender o amenazar al perro y por lo tanto ponerle en riesgo, aunque sea un riesgo mínimo.



Como muchos perros de trabajo (como los perros guía, los perros para personas sordas, etc.), se busca en este caso que el tenga un desarrollo sano no solo físico sino emocional, procurando que la madre esté bien alimentada, en un ambiente seguro y tranquilo, para que los cachorros se desarrollen con estímulos positivos desde la gestación.

El adoptar cachorritos de refugio por lo tanto está fuera de la cuestión. Al no saber los estímulos o las condiciones de seguridad/nutrición/estabilidad emocional y física a las que estuvieron expuestos, se corre el riesgo de que cualquier estímulo pueda detonar una conducta que pueda poner en riesgo al paciente que interactúe con él, perdiendo totalmente la confianza en el perro y echando por tierra cualquier posible avance.

Habiendo seleccionado al posible candidato de una camada sana, se somete a algunas pruebas para identificar si tiene las aptitudes específicas que necesita para poderse convertir en perro de Terapia: un carácter tranquilo y sociable, que sea estable, sensible, adaptable y sin miedo a los ruidos.

Se recomienda exponer al perrito desde pequeño a diferentes estímulos tanto sonoros como olfativos y de movimiento;  así es más difícil que el  futuro perro de terapia se sorprenda o asuste ante algún sonido, movimiento u olor.  De este modo no importará dónde se lleve a cabo la terapia (parque, ciudad, bosque, playa, etc.), el perro podrá mantener la calma.

A partir de los tres meses, se inician socialización y límites; unos meses después el entrenamiento básico y ya que haya madurado un poco, se comienza con el entrenamiento específico para terapia, que incluye algunos trucos como brincar a través de un aro, moverse entre obstáculos, etc.

¿Cómo es una Terapia asistida con perros?
En caso de terapia individual,  después del primer contacto se hace una cita donde participan los padres con la terapeuta y el psicólogo.
Se hace un plan de trabajo multidisciplinario con la terapeuta, el psicólogo y la familia. Las sesiones pueden ser desde una vez cada quince días hasta tres veces por semana, por un mínimo de tres meses, para empezar a ver resultados.

La interacción con Treza  ayuda a tranquilizar a los pacientes pues  actúa como facilitador; el paciente en su relación con el perro, se desenvuelve de una manera distinta y expresa emociones o ideas que no le expresaría a nadie más, pues el perro  es un ser que no lo juzga, diagnostica ni le ordena.



A nivel psicomotor, el perro es un estímulo para dirigir o provocar ciertos movimientos. En los casos neurológicos y de asperger o autismo, en los ejercicios con el perro se ha visto mayor atención, expresión espontánea de las emociones y estimulación en lenguaje, además de que el contacto con el perro disminuye las conductas disruptivas.

Treza trabaja con niños y jóvenes ayudándoles en problemáticas desde bullying, falta de autoestima, ansiedad, depresión, problemas psicomotrices, neurológicos y físicos, hasta asperger y autismo.

Si quieres contactarla, puedes hacerlo por medio de su página:
http://terapiaconcan.blogspot.mx/p/terapia-asistida-con-perros.html

Facebook: https://www.facebook.com/terapiaconcan

O por mail: tanniapuig@aol.com











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