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Perros EL ETÓLOGO DICE 31-05-2014

Problemas de conducta comunes  en perros adultos.

¿Tu perro tiene problemas de conducta? Bienvenido al club: Aproximadamente el 90% de los dueños de perro reportan problemas de conducta.  
Los hay de diversos grados, desde una pequeña y repetitiva manía hasta situaciones que puedan alterar su vida y la tuya.

La mayor parte de los problemas de tipo social no surgen sino hasta la madurez social de un perro, más o menos a los dos años de edad.
Entre más tiempo puedas interactuar con tu perro, más pronto podrás detectar posibles problemas de conducta y lidiar con ellos. Hay que tener en cuenta que el período de socialización no termina cuando tu perro deja de ser un cachorrito; cuando la novedad de tener un cachorro se esfuma, es muy común bajar la frecuencia e intensidad de sus necesidades de aprendizaje y de actividad física.

Son demasiados los perros son abandonados o donados a refugios por problemas de conducta, de modo que es crucial mantener una buena relación con tu perro para conocerlo de cabo a rabo.

Algunos problemas comunes de conducta incluyen hiperactividad, miedos irracionales, ladrar sin control, pelear, perseguir, correr de algo, escarbar y ser agresivos hacia los seres humanos.



Cuando tu perro presenta una conducta considerada como problemática, primero analiza la situación:
¿Por qué hace lo que hace?
¿Lo hace sólo en un lugar o situación determinada o en un momento específico del día?
¿Qué experiencias en su vida podrían detonar esa conducta?
¿Es ésta  una conducta canina que tú consideres problemática?

Si la conducta de tu perro cambia de la noche a la mañana, siempre es buena idea consultar a tu veterinario, ya que algunos problemas de conducta tienen orígenes médicos.
Algunas conductas caninas comunes pueden parecer problemáticas. Los perros tienden naturalmente a ladrar, escarbar, explorar y frotarse sobre cosas desagradables, hábitos que pueden volver loco a su dueño.

Puedes re-entrenar tu perro para que sus conductas sean mejores, pero no esperes que tu perro no se comporte como un perro.

Algunas conductas están ligadas a la raza de tu perro: no esperes que un terrier no rasque, que un perro esquimal no tire de las cosas o que tu pointer  sea hiperactivo.  Es posible  que no puedas cambiar esos instintos naturales; puedes atenuarlos un poco con entrenamiento, pero no esperes que desaparezcan.
Aquí aplica la máxima de “estudia qué raza de perro se adecúa a tu forma de vida y tu temperamento antes de adquirirlo”.

Algunos problemas de conducta van de la mano con falta de entrenamiento o de conocimiento de los dueños. Muchos perros  son animales sociales por naturaleza, pero se les deja solos.  La mayoría están ansiosos por aprender pero no se les entrena.
Es sorprendente la cara que ponen los dueños cuando llevan a su perro “problemático” con un entrenador o un etólogo y empiezan a ver casi como magia cómo responden de manera inmediata a los entrenamientos.

Recuerda que tu perro no puede leer un libro o ver la TV cuando están  encerrados, solos.  Entonces recurren a ladrar, masticar, pasearse o escarbar o a conductas autodestructivas, como lamerse o masticarse en exceso alguna parte de su cuerpo, como las patas.
 A veces se encierra al perro en su jaula transportadora, pensando que eso es entrenarlo, pero si el “entrenamiento” no está funcionando, la jaula transportadora se convierte sólo en una caja más de almacenaje en tu casa.

Los perros necesitan estímulos mentales y físicos. Cuando les faltan, tratarán de compensarlos como puedan.  Desafortunadamente, el aislamiento en perros que pasan mucho tiempo solos puede crear un círculo vicioso de mal comportamiento que conforme pasa el tiempo se agrava.

Un perro sin estímulos sociales puede lanzarse a su dueño cuando finalmente llega a casa, pues finalmente tiene la oportunidad de interactuar con alguien,  lamiéndolo y brincándole encima a tal grado que el dueño lo considere un hiperactivo y lo encierre de nuevo.
Un perro sin estímulo físico puede correr sin control, “como loco”, provocando que el dueño lo encierre.

Un perro sin estímulos mentales puede provocar toda clase de destrozos una vez que se le da la oportunidad de estar en un ambiente lleno de olores nuevos, provocando que su dueño lo tache de “destructivo” y ¿adivina qué? sí, lo encierra de nuevo.

Este ciclo de encierro y malas conductas debilita el lazo entre el dueño y su perro y puede terminar con el perro en un  refugio. El encerrar a un perro puede someter la conducta indeseable pero no le enseñará a un perro a comportarse mejor.

Muchas veces el dueño sin darse cuenta, está reforzando la conducta, simplemente con decirle que se detenga o que pare lo que está haciendo, ya que esto le da al perro la atención que con tanta ansiedad buscaba.

Los dueños permisivos agravan el problema jugando o dando de comer al perro cuando él lo exige. El típico “sólo por ésta vez” puede estar entrenando a tu perro sin darte cuenta, en actividades como brincarle a la gente, ladrar para que se le permita entrar, pedir comida o subirse a muebles que no le están permitidos.
Algo similar ocurre cuando dos personas de la familia tienen ideas diferentes sobre lo que es permisible y no para el perro.  Los perros que son recompensados por no hacer nada tienen menos razones para esforzarse a aprender buenas conductas.

Los perros con problemas de conducta más graves pueden mejorar si se solicitan los servicios de un etólogo (especialista en conducta animal).
Haz mancuerna con tu etólogo y tu veterinario, para descartar problemas de salud que puedan provocar los problemas de conducta.
El etólogo por su parte puede detectar las conductas que hayas podido malinterpretar o no hayas tomado en cuenta.




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