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Perros PREGUNTA, INFÓRMATE, OBSERVA 15-09-2014
Disfunción Cognitiva en Mascotas.

Conforme las mascotas envejecen pueden sufrir disfunción cognitiva.
Y aunque nunca olvidará dónde dejó las llaves, es probable que tu mascota se aísle de su familia, se desoriente en su casa, llore sin motivo aparente o tenga problemas de sueño.

Así como con los humanos, la causa de disfunción cognitiva en mascotas es desconocida, aunque se sabe que está relacionada con el envejecimiento y los cambios en el cerebro.

Tristemente, no hay cura y el problema es progresivo. Hay medicamentos para perros que les pueden ayudar, pero hasta ahora, no se ha aprobado medicamento alguno para gatos.



Generalidades:
La mayoría de las personas están familiarizadas  con términos como Alzheimer o senilidad cuando se trata de humanos. En el caso de perros y gatos, su condición es muy similar y se conoce como disfunción cognitiva (DC).

Los investigadores aún  están tratando de entender todos los cambios que pueden ocurrir en los cerebros de mascotas con DC, pero  los estudios determinan que una proteína llamada beta-amiloída deja depósitos que juegan gran parte en el problema.
Estos depósitos  tienen un efecto adverso en el funcionamiento cerebral. Curiosamente, estudios en casos de Alzheimer han dado resultados similares.

La permanencia exacta de DC en perros y gatos no está bien documentada. Sin embargo, la evidencia sugiere que el mal es más común en una mascota conforme envejece.  En un estudio, el  DC afectó a un 47% de perros con edades entre los 11 y 12 años y al 86% de perros de entre 15 y 16 años.

Síntomas e Identificación del mal:

Algunos de los síntomas clínicos de DC son muy sutiles y pueden confundirse con signos normales de envejecimiento, como una disminución de actividad en general.
Sin embargo, hay otros síntomas que tomar en cuenta:

*Ensuciar la casa (en el caso de los gatos, “olvidar” dónde está la caja de arena o hacer sus necesidades afuera de ella).

*Disminución de actividad.

*Disminución de atención.

*Desorientación.

*Deambular o pasearse constantemente.

*Llorar, maullar o ladrar sin motivo.

*Observar fijamente (a veces, hacia una pared).

*Cambio en los ciclos de sueño (pasearse en la noche).

*Aislarse de la familia e interactuar menos con ella.

*Ansiedad.




Algunas mascotas parecieran repentinamente no reconocer a algunos miembros de la familia o a las otras mascotas y pueden llegar a exhibir comportamiento agresivo hacia ellas, como si fueran extraños.
Dueños de mascotas han reportado que su mascota ha olvidado trucos, comportamientos y rutinas que estaban bien establecidas en su juventud.

Los veterinarios revisan el historial médico de la mascota, para llegar a diagnóstico de DC. Información valiosa como la duración de anormalidades observadas, severidad del problema y si el problema empeora con el tiempo.

El aspecto más importante  del diagnóstico de DC es dejar de lado cualquier otra posibilidad de enfermedad que pueda provocar los mismos síntomas. Por ejemplo, un gato que ha empezado a hacer sus necesidades fuera de la caja de arena puede tener infección en los riñones, diabetes, sufrir de la tiroides o tener problemas renales. Todas estas enfermedades pueden  provocar  aumento de frecuencia al orinar. También, un gato con artritis puede tener problemas para entrar y salir de su caja de arena debido al dolor de sus patas y entonces simplemente no la usa.

Las mascotas geriatras pueden sufrir también de pérdida gradual del oído y la vista, lo que afecta su interacción con la familia y que llegará a una sensación constante de desorientación. Tu veterinario puede recomendarte una batería de estudios para descartar cuestiones médicas antes de diagnosticar DC.

No hay raza específica ni de perro ni de gato, que tienda a padecer DC.

Tratamiento:

Aunque no hay cura, el tratamiento puede mejorar los síntomas y frenar  la progresión de la enfermedad. 
Hay dietas que pueden ayudar a perros con DC y suplementos  que pueden ayudar tanto a perros como a gatos. Los ácidos grasos, en particular los que contienen Omega 3 y Omega 6 han mostrado algunos efectos positivos en perros con disfunción cognitiva.

No hay medicamento alguno que pueda ayudar a todas las mascotas que sufren de DC, sin embargo, se ha visto que el ejercicio y la estimulación mental rutinaria puede ayudar a reducir la progresión de la enfermedad.
El ejercicio regular para una mascota geriatra combinado con estímulos en su medio ambiente, por medio de juegos y juguetes puede mantener más alerta a las mascotas conforme  envejecen. Adherirse a un horario estricto puede ayudar a algunas mascotas a aliviar la ansiedad.

Si el problema se vuelve severo y  cuestiones como la agresividad, el ensuciar la casa por hacer sus necesidades y la inmovilidad dan como resultado una calidad pobre de vida, la eutanasia será una opción razonable a discutir.
Pide asesoría a tu veterinario, en estos casos pueden ser de gran ayuda a la familia, al discutir decisiones que tengan que ver con el fin de la vida de tu mascota.

Prevención:

No hay modo de prevenir esta enfermedad;  simplemente mantén a tu mascota en excelente condición física, con ejercicio y estimulación cognitiva conforme se haga mayor.


Fuente: vetstreet.com
Foto: whole-dog-journal.com
        petsadviser.com
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