¿Cómo saber si mi perro o gato tiene una infección en el oído?

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15-10-2014

¿Cómo saber si mi perro o gato tiene una infección en el oído?

A veces nos gustaría que nuestros queridos peludos pudieran hablarnos para saber qué les pasa.
Cuando nuestras mascotas presentan algun malestar poco perceptible a simple vista, si no estamos atentos, puede agravarse rápidamente.
Es importante que manejes el lenguaje corporal de tu mascota muy bien, de ese modo, podrás detectar cuando se empieza a portar "raro".

¿Cómo saber si mi perro tiene una infección en el oído?

Primero que nada, ¿huele bien tu perro?.
Un perro saludable huele bien; el único motivo por el cual un perro huele mal, es porque tienen una infección en el oído, en las encías, mal aliento, infección en la piel o simplemente porque se rodó sobre algo que huele mal.

La manera más sencilla de descartar infección en los oídos es literal, que huelas las orejas de tu mascota. Orejas saludables de perro son como las de humano: con un poco de cerilla y sin ningún olor. El color debe de ser normal y deben verse limpias.

Los oídos de un perro bajan casi verticalmente y luego el sentido es horizontal, de modo que es sencillo que se quede atrapada agua, cerilla u objetos pequeños en el canal auditivo y del mismo modo, es complicado que salgan. Esto hace particularmente susceptibles a los perros a infecciones de oído.

Las razas más susceptibles a infección son las que tienen orejas colgantes o que se doblan naturalmente, así como las razas que presentan pelo en los oídos, como cocker spaniel, Golden retrievers, schnauzers y poodles, entre otros.
Baños con demasiada frecuencia, nado o limpieza incorrecta de oídos son algunas de las actividades que derivan en una infección de oídos.

Los siguientes síntomas pueden indicarte si tu perro tiene una infección en el oído:

*Tu mascota se rasca las orejas con insistencia.
*Líquido café, amarillo o sangre sale de sus oídos.
*El oído huele mal, está rojo o inflamado.
*Hay presencia de piel muerta o en escamas cerca del doblez de la oreja.
*Pérdida de pelo alrededor de la oreja.
*Tu mascota se frota las orejas contra el piso o en los muebles.
*Inclina la cabeza o la ladea con frecuencia.
*Pérdida de equilibrio.
*Movimientos poco usuales raros de los ojos.
*Camina en círculos.
*Pérdida de audición.
*Agresión repentina, que puede reflejar dolor de oídos.

Si tu perro tiene cualquiera de los síntomas mencionados, llévalo cuanto antes al veterinario. Pídele que te enseñe a limpiarle los oídos a tu perro de la manera adecuada y pregunta por frecuencia de limpieza y materiales para hacerlo.

¿Cómo saber si mi gato tiene una infección en el oído?

Generalmente los gatos no sufren de infección en los oídos, a menos que sea el resultado de una infección o una enfermedad mal tratada que ha desembocado a eso, pero cuando la tienen, sus causas son complejas.

Si tu veterinario ha descartado ácaros, que son los culpables en la mitad de los casos de infección de oído en gatos- , podrían todavía ser muchas causas: alergias, algún cuerpo extraño alojado en el oído, etc. Para el diagnóstico puede ser necesario sedar al animal y sacar placas de rayos X, aunque por lo general el tratamiento no suele ser complicado.

Algunos síntomas de infección de oídos en gatos son:

*Líquido café, amarillo o sangre sale de sus oídos.
*Presencia de acumulación de cerilla cerca o en el oído.
*De su oreja salen puntitos, como restos de café de grano; esto es rastro de ácaros.
*El oído huele mal, está rojo o inflamado.
*Pérdida de pelo o costras alrededor de la cara, cuello o la oreja como resultado de que se rasca con insistencia.
*Inclina la cabeza o la ladea con frecuencia.
*Pérdida de equilibrio.

Lo esencial es que lleves a tu gato a tratamiento en cuanto detectes síntomas de malestar.

Para diagnosticar adecuadamente a tu gato, pueden hacerle un cultivo de oído, exámenes de sangre, para descartar leucemia felina y SIDA felino, pruebas para descartar alergia a sus alimentos o a algo en su medio ambiente, cultivos para descartar hongos y muestras de piel para descartar otras enfermedades relacionadas con parásitos.