Cómo saber que quien te atiende es bueno en lo que hace.

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15-06-2015

Cómo saber que quien te atiende es bueno en lo que hace.

Hemos escuchado muchas historias en las que alguna consulta, tratamiento o entrenamiento con estética de mascotas, etólogo, veterinario o entrenador termina terriblemente mal.

Desde irritaciones o cortadas en la estética, jalones, golpes, gritos o el uso de collares que lo lastimen con el entrenador, un entrenamiento básico que no entendemos por qué no podemos aplicar nosotros en casa, jalones, golpes o gritos con el etólogo hasta un mal diagnóstico con el veterinario que puede provocar que un problema de salud simple de nuestra mascota se torne grave o pueda morir.

Todos tememos que nos toque una persona así, pero ¿qué podemos hacer?

Primero, revisar las referencias del lugar al que vayamos a acudir. Lo más confiable es que sea recomendado por algún buen amigo que también tenga mascotas y que haya usado el servicio. Buscar por medio de internet es cómodo pero no siempre confiable.

En segundo lugar, es importante informarnos lo más posible. Recordemos que no siempre son la mayor cantidad de credenciales, reconocimientos o dinero lo que garantiza un servicio de calidad y cuidado para nuestra mascota.

Observa a tu alrededor: fíjate cómo son tratados otros animales en el lugar y cómo están de nerviosos/relajados/ deprimidos.
La ética de quien presta un servicio a un animal debe ser dirigida a lo que sabe hacer y explicado a quien no lo sabe: el dueño.

“De médico y loco todos tenemos un poco”, dice el dicho, pero desconfía de entrenadores que se crean veterinarios, veterinarios que pretendan ser entrenadores o estilistas que pretendan ser etólogos.

Hay sin embargo profesionales que tienen ambas disciplinas: veterinarios con grado de etología, o entrenadores que sean veterinarios o etólogos. Mientras puedas comprobar sus credenciales, está bien. Si no, “Zapatero a tus zapatos”, dice otro dicho.

Otro punto importante en cuanto a la información es el preguntar.
Que no te de pena preguntar a la persona cuanta duda tengas, por más tonta que te parezca. Estás pagando por un servicio y si no preguntas, no te enteras.
También recuerda que nadie lee mentes; la persona que presta el servicio nunca va a saber si tienes alguna duda.

Si estás con un entrenador, asegúrate de entender y practicar las órdenes con él; en el estilista, advierte si tu perro se pone demasiado nervioso, para que tomen las medidas necesarias; en el etólogo y el veterinario, sobre todo, pregunta, pregunta, pregunta. Tu bolsillo, la seguridad de tu peludo y hasta su vida depende muchas veces de ello.

Fotos:
slate.com
examiner.com
iheartdogs.com
yelp.com
globaltimes.cn
bestcatanddognutrition.com
michaeljanzen.com
drsophiayin.com