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Gatos IMPORTANTE 01-08-2015
Mi gato es asesino y cleptómano.    

En ocasiones nos enteramos de que algún vecino o amigo tiene un gato que a veces le ha dejado en la cama o en la almohada un “regalito” - ratón, lagartija o pajarito, todos ellos muertos y normalmente decapitados – o de plano piensa que hay espíritus chocarreros en su casa, porque han desaparecido aretes, anillos, pulseras, collares, guantes, etc., según si al gato lo atrae la brillantez, sonoridad o textura de un objeto. También puede ser que aparezcan artículos que no son de la casa...pero sí de la de algún vecino.

La triste realidad del asunto es que ni el gato es asesino, ni hay espíritus chocarreros; simple y sencillamente el “lindo gatito” está respondiendo a su instinto natural.
Pues resulta que a diferencia del perro, que al acompañar al hombre desde tiempos inmemoriales ha perdido su instinto depredador (no el de cazador), el gato mantiene su instinto depredador (del DRAE: dícese de un animal que caza a otros de distinta especie para su subsistencia).



Es por esto que podremos ver perros callejeros – comiendo sobras o basura – pero será muy difícil ver a un gato callejero, pues ellos al estar libres, retoman sus instintos y hábitos naturales, subsisten cazando los mismos animales que, al estar bien alimentado y en un hogar confortable, se convierten en “regalito para mi dueño” o en la compulsión de tomar un objeto que le sea muy atrayente por sus características y atesorarlo en su guarida.



Esto se debe a que en los felinos (en todas las especies de este genero), los instintos están muy arraigados y son muy fuertes, por lo que es fácil amansarlos pero difícil domesticarlos; allí también radica la dificultad de adiestrar al gato que tenemos en casa; muy pocas veces el dueño de un gato busca adiestrarlo, más bien lo que se genera en la relación propietario – gato y viceversa es un acuerdo tácito entre las partes.

Sin embargo en adición a todas las recomendaciones de diversos etólogos y adiestradores, es conveniente adiestrar al gato cazador - cleptómano, claro que los procedimientos del refuerzo positivo hacia la conducta que deseamos favorecer (condicionamiento operante en términos etológicos), tienen reglas diferentes a las de los perros ya que los gatos están condicionados por su interés en alimento, seguridad y confort (en ese orden), además de estar condicionados por sus instintos de cacería, territorio y guarida.




Así que al jugar con él, hacemos que libere buena parte de su energía, pero al adiestrarlo en obediencia y algunos juegos interactivos sencillos con su dueño, logramos liberar otro tanto de su energía y además facilitamos la comunicación con nuestro gato, para que finalmente el gato “asesino y cleptómano” se convierta en el gato apacible y obediente que bien podremos llamar “lindo gatito”.

Fuente: Sigfrido Domínguez


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