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Gatos CURIOSIDADES 15-02-2014
¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?

Lo único que quieres es compartir un momento relajante con tu gato en el sillón. Levantas a tu gato de donde estés, mientras lo acaricias y en el momento en el que lo pones en el sillón, tu gato baja y se vá. 
Esto es común para los dueños de gato, pocos gatos se sienten cómodos siendo alzados en brazos siquiera por un momentito.

El entender esto no les hace sentirse menos mal a quienes comparten su vida con un gato, pues aún estando al tanto de su naturaleza independiente, hay veces que quieren apapacharse con su mascota y estos “desaires” duelen.

Más allá de la independencia felina, hay motivos de peso por los cuales los gatos permanecen el menor tiempo posible en brazos:

Por un lado, hay gatos que nunca fueron socializados con seres humanos de pequeños; no están acostumbrados a que se les invada de esta manera.

Otros gatos no se sienten seguros en brazos humanos por temor a caer de ahí por tomarlos mal –y algunos, aunque se les tome bien-.

Los gatos geriatras no se sienten cómodos por posibles dolores a sus articulaciones al ser cargados. Cuando un gato se siente inseguro en tus brazos, se moverá inquieto tratando de zafarse; mucha gente lo que hace es tratar de mantenerlos con ellos, apretando el abrazo, lo que termina en mordidas, rasguños y dueños heridos física y emocionalmente.



Vamos a los básicos, ¿cómo cargar a un gato para que no se sienta inseguro?.

Después de tomarlo de las axilas, rápidamente llévalo a tu pecho y pon tu otro brazo apoyando sus patas traseras, “sentándolo” en  él. El sentir un soporte firme sobre sus patas traseras elimina gran parte de la ansiedad de caer y se calma.

Muchas personas cargan a su gato acunándolo, como si fuera un bebé.
Esta es una pésima posición por varios motivos: las patas traseras no están apoyadas, el estómago está expuesto y está en alto, ¡completa vulnerabilidad!.
Es común en estos casos uno que otro zarpazo y mordisco para que lo sueltes.

En cuanto tu gato empiece a inquietarse, permítele bajar o bájalo tú, nunca lo obligues a estar donde no quiere.
En dado caso, se puede convencer a un gato de sentarse junto a ti, usando premios, aunque no necesariamente en tus brazos.

Hay muchos casos de gatos a los que sí les gusta permanecer en el regazo de sus dueños, siempre habrá la excepción a la regla.

Sólo no olvides que si la idea es del gato, es buena siempre. 
Si es en tu tiempo y tus términos, puede que a tu gato no le parezca igual.





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