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Perros BÁSICOS SOBRE MASCOTAS 01-07-2016
Cinco maneras en las que estresas a tu perro

Etiquetando a tu perro como “dominante”

La dominancia no es un rastro de personalidad en un perro; es un comportamiento específico de una situación determinada. Casos de agresión por dominación son extremadamente raros.
Comportamientos comúnmente considerados como signo de dominación, como montar cosas, otros animales, etc., proviene con frecuencia de inseguridad o hiperexcitabilidad. Además, los dueños de mascotas que califican a sus perros como “dominantes”, sienten con esto tener una justificación mayor para utilizar métodos violentos de entrenamiento, como usar collares de ahorque, de púas, o usar la técnica de roles del macho alfa.

Sin embargo, estas tácticas no hacen gran cosa para cambiar la conducta a largo plazo y pueden generar temor en el dueño del perro.



Asumir que tu perro se porta mal porque quiere hacerlo

Tu perro se comporta de la manera que lo hace porque una conducta determinada le es natural o está siendo reforzada por tu respuesta ante ella, sin que te des cuenta.
Para basar sus acciones en elección, tu peludo debería compartir contigo tu ideología sobre lo que está bien o está mal y usar este código moral para guiar su comportamiento.

Los perros no funcionan de esta manera (en realidad, NINIGÚN animal funciona de esta manera) , son motivaos por resultados, no por moralidad.
Ese “comportamiento culposo” que exhibe tu perro cuando hace algo que etiquetas como “malo” es una reacción a tu respuesta y no tiene nada que ver con arrepentimiento. Está tratando de apaciguar a su humano que se siente infeliz.



Castigar a tu perro por ser un perro

Masticar, escarbar, ladrar y perseguir son comportamientos naturales de un perro.
En lugar de castigar estos comportamientos, lo que genera estrés, dale a tu perro un escape adecuado para su instinto.

Redirige el morder de donde no quieres hacia un juguete  específico para esto, como los Kongs.
Termina con los hoyos en el jardín designándole una zona específica para que pueda hacerlo.
Detén los ladridos excesivos entrenando a tu perro para que ladre y guarde silencio con una orden.
Canaliza el instinto de perseguir con juguetes especiales que imitan a una presa, convirtiéndolo en un juego de caza adecuado.



No poner límites

Interacciones sin estructura con tu perro puede provocar problemas de conducta. Sin límites claros, la conducta del peludo  puede salirse de control rápidamente; esto desemboca en ansiedad y confusión para tu perro cuando lo castigas por conductas que a veces son toleradas.
Desafortunadamente, en muchas situaciones, la respuesta típica de un perro como brincar para saludar a la gente o sujetar con la boca un brazo, una pierna, una mano, etc., buscando atención no es necesariamente una conducta aceptada por humanos.

Expresando claramente tus expectativas sobre qué conductas son aceptables lograrás que el comportamiento del can sea aceptable de manera consistente.



Esperar que tu perro te obedezca simplemente para complacerte

Una palmadita acompañado de un “buen perro” funciona como recompensa para muchos perros, pero cuando se trata de distracciones más grandes y difíciles de resistir o un comportamiento que  requiera de un esfuerzo extra para tu can, el halago y la palmadita pueden no ser suficientes.



Cuando le pides a tu perro que realice algún comportamiento o que siga una orden en un lugar o situación donde hay muchos distractores o que haya alguna carga emocional fuerte (que tenga que hacer fuerza de voluntad para no ceder a sus impulsos), la recompensa deberá ser inmediata y substancial y debe de tener valor para tu perro: un premio particularmente rico para él, un juego de “jalones”, en fin, lo que más le guste.

 
Fuente: Mikkel Becker, para vetstreet.com
Fotos: vetstreet.com

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