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Perros BÁSICOS SOBRE MASCOTAS 01-05-2015
Once cosas que hacen los humanos, que los perros odian.

Hay muchas cosas que puedes hacer para volver loco a tu perro…y seguramente no te has dado cuenta de ello.
 Así que si quieres ser el mejor amigo de tu peludo, checa estos malos hábitos y haz lo posible por corregirlos:

Usar más palabras que lenguaje corporal
Los seres humanos somos una especie que se comunica mayormente por medio de voz. Nos encanta platicar, hasta con nuestras mascotas, que no entienden la gran mayoría de lo que decimos. 
Puede que tu perro  deduzca lo que lagunas palabras significan –ven, sentado, quieto, comida…- y quizás entiendan algunos cientos de palabras, como los border collies, considerados entre las razas más inteligentes. Pero que quede claro: los perros no entienden el lenguaje humano. E lo que se basan para interpretarnos es en nuestro lenguaje corporal.

El perro ha evolucionado para ser expertos en leer el  lenguaje corporal humano y pueden darse cuenta de lo que piensas y lo que sientes antes de que lo pienses o lo sientas. Pero podemos mandar señales confusas si sólo prestamos atención a lo que nuestra boca dice y no a lo que nuestro cuerpo dice.



Si vas a cualquier curso de entrenamiento canino básico, verás a mucha gente que dice una cosa y hace otra y a un perro confundido tratando de averiguar qué pretenden que haga.
Por ejemplo:  decirle a un perro “quieto”, con tu cuerpo inclinado hacia él y una mano con la palma frente a ti, como policía de tránsito, en realidad estás invitando al perro a que se acerque a ti, y cuando lo hace, recibe un regaño por no quedarse “quieto”. ¡Es tan confuso!
Lo adecuado es hacer el movimiento de la palma, pero sin inclinarte.

Un excelente experimento (y que seguramente agradecerá tu can) es tratar de estar todo un día con tu perro, sin decirle NADA; simplemente comunicándote con tu cuerpo. Podrás observarte y darte cuenta de lo mucho que habla tu cuerpo y cómo moverte para involucrarte en una “conversación” con tu perro, sin decir palabra. Esto te ayudará enormidades al momento de la clase de adiestramiento.

Abrazar a tu perro
Aunque a ti te encante envolver a tu peludo entre tus brazos, la gran mayoría de los perros detesta los abrazos.
Volvemos a la diferencia de especies: Nosotros como primates, pensamos que los abrazos son lo máximo para expresar nuestro apoyo, nuestro amor y otras emociones. El poner los brazos alrededor de alguien y apretarlo significan sólo cosas buenas.
Pero los perros no han evolucionado de esta manera; los cánidos no tienen brazos  y no abrazan. Si un perro pone una pata en el lomo de otro perro, en lugar de amistad está considerado un acto de dominación. No importan tus buenas intenciones al abrazarlos, un perro está diseñado para interpretar el acto de abrazar como tu muestra de dominancia hacia él.

La mayoría de los perros toleran los abrazos con bastante paciencia; seguro recuerdas alguna foto de un niño rodeando con sus brazos a un Golden Retriever  que parece estar “sonriendo”. Pero algunos perros se sentirán amenazados, atemorizados o simplemente van a detestar la sensación de los brazos a su alrededor.
Es un hecho que el origen de muchas mordidas hacia niños fueron que el niño se abalanzó hacia el perro con los brazos abiertos, intentando abrazarlo.
Hay perros que no sienten incomodidad cuando una persona en particular los abraza, pero eso no quiere decir que reaccionará igual a otros miembros de la familia que lo intente.  Será muy difícil que encuentres un perro que busque que le den un abrazo.



Si te da curiosidad saber si a tu perro le gustan o no tus abrazos, sólo presta atención a su lenguaje corporal cuando te le acercas a darle cariños. ¿Su cuerpo se tensa? ¿Aleja su cabeza de ti conforme te acercas? ¿Evita inclusive el contacto visual contigo? ¿Se lame los labios? ¿Baja las orejas hasta pegarlas a su cabeza? Todas estas son señales de un perro se siente incómodo. Si te avientas a abrazar a tu perro y éste se lame los labios constantemente, no es una muestra de cariño, sino de sumisión y nerviosismo.
Así que la siguiente vez que quieras abalanzarte a abrazarlo, fíjate primero en su lenguaje corporal para saber si tu perro está cómodo o no con ello. Después de todo, estás poniendo tu cara muy cerca de dos hileras de dientes.

Dar palmadas a la cabeza de un perro
¿Te gusta que te den palmadas en la cabeza? Te apuesto que no. El que alguien estire el brazo para darnos unas palmaditas, no importa con cuánto amor, no es algo que a la mayoría de nosotros nos guste. Es fastidioso  y puede llegar a ser doloroso, en el peor de los casos. Y en realidad, no nos interesa que una mano extraña se acerque a nuestra cabeza.
Te apuesto que tu reacción inmediata sería retirar tu cabeza tan lejos como tu cuello lo permita y ponerte tenso por sentir que han invadido tu espacio personal.

Y sin embargo, la mayor parte de los humanos piensan que a los perros les encanta recibir palmadas en la cabeza. La realidad es que la mayor parte de los perros lo tolerará, si viene de alguien conocido y en quien confían, pero a la mayoría de los perros no les gusta. Notarás que inclusive el perro de la familia se alejará un poco en cuanto aproximas tu mano a su cabeza para darle palmaditas. Te dejará hacerlo, porque eres el jefe, pero no le gusta; es una cuestión de espacio vital, igual que con nosotros.

Es por esto que los papás que saben, enseñan a sus hijos a dar palmaditas a un perro en el lomo o en el trasero, pero no le des palmadas al perro en la cabeza ni en la cara.
Si quieres dar una caricia como recompensa, dale palmaditas en el trasero, cerca de la base de la cola; esto  en “lenguaje canino” equivale a un saludo tan amistoso como oler el trasero.  

Caminar hacia un perro desconocido mientras lo miras a los ojos
Sabemos lo poderoso que es el contacto visual. Aunque valoramos el contacto visual como señal de confianza o enfoque, debemos estar conscientes que también puede poner nerviosa a una persona, puede hacerla sentir incómoda y puede pensar que queremos dominarla.
Es  enervante cuando un extraño nos mira fijamente sin  parpadear ni romper el contacto visual, sobre todo si se acerca hacia nosotros.
Se nota que su intención está fija en nosotros, pero…¿cuál es su intención hacia nosotros?? Tenemos que analizar las señales de la cara para hacernos una idea.

El contacto visual es parte del ejercicio de dominancia en muchas especies y en los seres humanos podemos usar los detalles de la cara –si tiene los músculos de la boca rígidos, etc- para determinar si la mirada es amistosa o no. Y aun así, es  desconcertante que un extraño te observe fijamente. Para los perros, la sensación es igual. Cuando miras a un perro desconocido fijamente, puede que estés sonriendo y tratando de verte amistoso, pero el perro lo interpretará como  un acto de dominancia e inclusive de agresión de tu parte. Puede que respondan con una actitud sumisa – esquivando la mirada, exponiendo el vientre- o puede que empiecen a retroceder, ladrando.

Si quieres saludar a un perro de un modo cómodo para ambos, aproxímate con tu cuerpo un poco de lado, no de frente, tus ojos viéndolo al hocico o al cuerpo y hablando en un tono de voz suave y tranquilo. Todo este lenguaje corporal ayudará a que un perro comprenda que no eres un peligro para él. Puede que aun así el perro no quiera nada que ver contigo ero por lo menos no te aproximaste de una manera amenazante que pudiera causar una reacción agresiva.

No darle límites y reglas
Los perros quieren, necesitan y les encantan las reglas y los límites. Puede que pienses que el tener reglas estrictas puede hacer la vida aburrida y triste para tu perro, pero a ellos les gusta saber a qué atenerse con su líder. Y en realidad, no difiere mucho de los seres humanos.

Los niños florecen cuando tienen un cierto número de límites y reglas coherentes y consistentes qué seguir. Piensa en niños educados que conozcas. Ahora piensa en niños que hacen berrinche cuando no obtienen lo que quieren. ¿Cuáles crees que tiene límites y reglas? Y ¿Cuáles tienden a estar felices de manera consistente? Con los perros es más o menos lo mismo. Las reglas hacen las cosas más predecibles, menos confusas  menos estresantes.

Y hablando de confusiones, los perros no entienden las excepciones a las reglas. NO entienden que tienen permiso de brincarte encima cuando traes ropa informal pero no cuando traes tu traje para ir a trabajar. No entienden que pueden subirse al sillón después de un baño, pero no después de una paseada en el parque, donde se enlodaron. También, el decirle simplemente que “no “ ante un comportamiento, sin una actitud que refuerce la orden verbal no ayuda en nada. Los perros florecen cuando entienden cuáles son las reglas y los límites y cuando refuerzas  las actitudes positivas con premios, refuerzas su confianza en ti como líder.

Forzar a tu perro a interactuar con otros perros o personas que claramente no le simpatizan.
Como muchas otras especies sociales, los perros tienen sus amigos y enemigos. Es sencillo darse cuenta qué perros –y qué personas- le simpatizan a tu perro y  con cuáles no quiere tener ningún trato. Sin embargo, hay muchos dueños de mascota que no lo han entendido o no han visto las pistas que les da su perro.

Es común a ver dueños de perro entusiasmados, empujando (a veces literalmente) a su perro para que socialice con otros perros, sobretodo en parques de perros, cuando lo que quisiera el peludo es irse a casa. O permiten que extraños acaricien o den palmadas al perro, cuando claramente el perro no quiere que lo toquen.



Es importante aclarar que hay una diferencia entre alentar positivamente a un perro tímido, reactivo o temeroso por medio de recompensas que pueden ser premios o caricias cada vez que logra dar un pequeño paso para relacionarse con otros, y obligarlo a tolerar un contacto que no quiere.

Si un perro es forzado a relacionarse con quien no quiere, es más probable que gruña, tire un mordisco o se involucre en una pelea. El perro te dará pista tras pista: va a ignorar, evitar, hasta gruñir, hasta que finalmente cuando esté harto, enviará el mensaje más claro, con sus dientes.
Lo que es peor, es posible que su confianza en ti como su líder haya resultado lastimada y asocien de una manera negativa el parque, un perro o una persona en particular o un ambiente de socialización similar.
Así que hazle un favor a tu perro y observa el lenguaje corporal que trata de comunicarte cuando no quiere estar cerca de otros individuos y no lo fuerces.

Salir de paseo sin la oportunidad para explorar y olisquear.
Hay de paseos a paseos.  Aunque es importante tener un perro que esté adiestrado para pasear con correa de manera adecuada, es igualmente importante que ese perro que pasea adecuadamente con correa tenga la libertad de explorar sus alrededores durante dicho paseo.

Los perros ven con su nariz y es tan importante para ellos como para nosotros humanos nuestro sentido de la vista para interpretar el mundo que nos rodea.  A los perros les fastidia no poder enterarse de lo que pasa en el mundo por lo menos unos minutos al día por medio de su olfato y nosotros los humanos estamos demasiado enfocados en que el paseo sirve para hacer ejercicio e “ir al baño”.  Nos vamos siempre por la misma ruta, con mucha prisa para regresar a casa y prestando más atención al celular –admítelo: nunca dejas el celular en casa cuando paseas al perro-.



Hazle un favor a tu perro y dedícale en sus paseos diarios momentos para que pueda enterarse de lo que han hecho sus compañeros de cuadra o de zona, por medio de su olfato.  Alterna entre momentos de trote, para el ejercicio, momentos para caminar despacio y permitir que tu peludo se “entere del chisme” y para hacer sus necesidades. Cuando tu perro huele algo interesante, te lo hará saber, pues se queda en la zona olfateando. Dale la oportunidad de que huela, aunque a veces sean minutos lo que tarde,  hasta que tenga suficiente y él solo siga caminando.

Cambia de ruta de vez en vez, para explorar olores nuevos y estimulantes.  De esta manera, además de ejercicio y hacer sus necesidades, será una excelente oportunidad para que tu perro obtenga la estimulación mental y sensorial que necesita para hacer su vida muy interesante.

Mantener la correa tensa.
Así como los perros son maravillosos para leer nuestro lenguaje corporal, son excelentes para leer nuestros niveles de tensión aún a través de la correa. Si mantienes a tu perro a raya jalando su correa hasta que se tense, estás elevando los niveles de estrés, frustración y exaltación no sólo para él sino también para ti.

Puedes pensar: “Yo no quiero jalar la correa a mi perro, pero tengo que hacerlo ¡porque si no, él es el que me jala a mí!”.  Por eso es tan importante enseñara a pasear a tu perro con la correa flojita.  Así como no te gusta que tu perro se jale con la correa, te aseguro que a él no le gusta que lo tengas tenso por medio de ella ni que le des tirones por cualquier motivo.

En ese pedacito de cuero, tela o cadena se transmite una cantidad impresionante de energía. Manteniendo la correa floja, le indicas a tu perro que todo está bien, que no hay motivo para estar  alerta, tenso o preocupado. Le comunicas que tú estás tranquilo y tienes todo bajo control así que tu perro puede estar tranquilo también.

Por el contrario, al mantener la correa tensa, le envías el mensaje a tu perro que estás nervioso, tenso y en alerta, listo para correr ante cualquier peligro que se presente y tu perro reacciona ante esto de igual manera.

Es más probable que un perro que camina restringido por una correa tensa  ladre o reaccione nerviosamente ante cualquier situación, por tranquila que sea. Pero un perro que puede caminar con la correa  floja es más probable que permanezca tranquilo.
 Como todo tipo de adiestramiento, el poder pasear a tu perro con la correa floja es algo que requiere tiempo pero vale la pena poder disfrutar de paseos  tranquilos con un perro relajado.

Estar tenso
La correa no es el único medio por el cual tu peludo puede sentir cómo estás.
Puedes sentir cuando una persona que está cerca de ti está tensa, aunque no te des cuenta. Los perros tienen la misma habilidad. Entre más estresado y tenso estés, más estresado y tenso se pondrá tu perro. Y a los perros, como a nosotros, no les gusta esa sensación. 

Puede que estés volteando los ojos, recién leído esto,  pero si tu perro está actuando frustrado y tenso, detente un momento y obsérvate: ¿te has estado sintiendo tenso o frustrado en los últimos minutos, en las últimas horas, días, semanas?

Es muy probable que tu perro esté actuando en consecuencia con tu sentimiento, como un espejo. Si necesitas alguna razón para meditar,  ayudar a que tu perro esté tranquilo es una excelente razón.

Ser aburrido
Seguro te ha pasado: El tener que estar cerca de una persona que es totalmente aburrida.
Trata de recordar cuando estabas con tus padres, mientras ellos hacían alguna tarea que seguramente no tenía que ver con el parque o la juguetería. 
¿Recuerdas la sensación de querer explotar,  moverte nerviosamente mientras te pedían estar sentado, quieto y en silencio, mientras te quejabas? No podías participar de la conversación adulta, que de todos modos te parecía aburrida. ¡Por Dios, qué ganas de moverse!! Aunque sea correr en círculos alrededor de la mesa, para romper la monotonía.

Así se siente tu perro contigo, cuando eres ese “adulto aburrido”. Y es difícil no serlo: cuando llegamos a casa del trabajo, queremos relajarnos, hacer algunas tareas que quedaron pendientes en casa, preparar nuestra cena y acostarnos en el sillón a descansar.
Pero eso es lo más fastidioso para nuestros perros, que han estado esperándonos en casa solos todo el día para que juguemos con ellos cuando llegamos.

Si tu perro está creando problemas –metiéndose en los clósets, masticando zapatos o mordiendo las patas de los muebles-, te está demostrando lo increíblemente aburrido que está.
Hay una  manera efectiva para evitar esto:  enséñale un truco a tu perro, como acostarse o girar, refuerza los trucos que ya se sabe, como dar la pata, juega a que busque un juguete o da un paseo de mucho ejercicio, combinando el caminar con trote y correr. Todos estos trucos son maneras para estimular a tu perro tanto física como mentalmente.

Los paseos son cruciales, sin duda, pero si en ese paseo aumentas algo de estimulación cognitiva, tendrás a un perro cansado pero feliz.  Como ejemplo, el repetitivo “tráeme la pelota / el palo/ el juguete”  por un tiempo  desde 15 minutos hasta dos horas es un ejercicio excelente.

Molestarlo
Esto debería ser obvio, pero es necesario incluirlo en la lista por que todavía hay personas que lo consideran gracioso.

No le ladres a un perro en la calle, cuando pases frente a él. No saludes con la mano o le hables a un perro que te está ladrando tras una puerta o ventana. No le jales la cola a un perro. La lista podría ser interminable, pero se puede resumir en lo siguiente:
No hagas a un perro algo que sabes que lo hará enojar sólo porque te parece chistoso. No es gracioso para el perro; puede  derivar en problemas de comportamiento  serios y también ( y quizás merecidas), unas marcas de dientes nuevas para ti.


Fuente:
“11 things humans do that dogs hate”, de Jaymi Heimbuch, para mnn.com


Fotos:
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blog.urbandogtraining.com.au



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